miércoles, 22 de abril de 2020

UN TENUE APOCALIPSIS.

Abril 22 -2020


A casi un mes del gran encierro.

No sé si tenga que ver con algo, pero desde que empezó todo ésto mis ojos andan irritados y he tenido que recurrir a gotas de lagrimas artificiales, con tantas que me he guardado para alguna ocasión especial, ahora recurro a las artificiales.  Me dicen que es por el encierro, no lo sé, es muy molesto.

Hoy recordé algunas peliculas sobre la situación que hoy vivimos, y  parecia todo tan lejano, tan inverosimil , pero no.


Ya nos lo habían anunciado.  El cine, la literatura, el arte, nos habían hecho un pequeño adelanto de lo que nos podía suceder y atinaron con una precisión abrumadora.

Películas sobre contagios masivos como: Contagio, 12 monos, Estallido, Soy Leyenda (esa me encantó, con Will Smith), Tren a Buzan, 28 días después y tantas otras que en algunos casos, los escritores, artistas y cineastas imaginaron improbables ficciones y que se han convertido en realidades plausibles.



Algunos escritores como Michel Houellebecq  han ambientado en paisajes pos apocalípticos algunas de sus novelas, como Plataforma (2001) o La posibilidad de una isla (2005), además de fantasear con el fin de la civilización occidental en El mapa y el territorio (2010) o la polémica Sumisión (2015). “¿Lo que insinuaba entonces el escritor era que nos dirigíamos inevitablemente hacia una hecatombe? “Es una posibilidad. Cuando visito un lugar nuevo, me pregunto si logrará sobrevivir a la desaparición de la humanidad. Por ejemplo, si se produjera una epidemia viral, provocaría un apocalipsis suave.

Lars von Trier: melancolía y adivinación. Melancolía vinculaba la depresión con el fin del mundo y reflejaba los distintos grados de ansiedad que se apoderan del individuo cuando la muerte se convierte en algo tangible. “Ante esa amenaza, el melancólico está sereno, porque lo que va a suceder no hace más que confirmar su punto de vista. Quienes se preocupan son los que no son melancólicos” 

( me sentí desnuda antes esas afirmaciones.)




Steven Soderbergh: el virus como enfermedad global. Contagio (2011), convertida hoy en gran éxito de plataformas,  streaming, trataba de un virus ficticio llamado MV-1, transmitido de los murciélagos a los cerdos y, de estos, a los seres humanos. Procedía, además, de China: una mujer de negocios incubaba la enfermedad en Hong Kong y la exportaba, a su pesar, hasta Estados Unidos, donde el contagio se extendía a miles de personas, lo que obligaba a cambiar de modo de vida, provocaba disturbios y agitaba hipótesis de conspiracionismo. Cualquier parecido con la realidad.......
Siento escalofríos.

M. Night Shyamalan: la respuesta inmune del planeta, La película, cuyo título de trabajo era The Green Effect, fue ridiculizada tras su estreno, igual que ese científico que, en una de las secuencias finales, advierte que la propagación de esta extraña enfermedad es similar a las mareas rojas que producen algunas micro algas: un insignificante punto morado que, poco a poco, acaba destruyendo todo un hábitat natural.

Ficción? Yo diría que fueron presagios, o por lo menos muy cercano a ellos.

Otros que se acercaron con sus obras a la realidad que vivimos, fueron: Mary Shelley: supervivencia y diferencia de clase. El último hombre (1826), Stephen King: contagio e irresponsabilidad social. Su novela Apocalipsis, Dean R. Koontz: el virus que llegó de Wuhan. Escalofriante es asomarse a Los ojos de la oscuridad, Emilio Bueso: silencio sepulcral en la ciudad. Lo profético en el caso de Cenital, Elmgreen & Dragset: el museo como hospital, Jordi Colomer: el hogar convertido en infierno, Christian Boltanski: los cadáveres sin funeral, Okwui Enwezor: el optimismo histérico.




Los cineastas, escritores y artistas lo predijeron en sus obras, ya vaticinaban entonces lo que más nos atemoriza hoy: “La peor crisis es la incertidumbre”.

Pero recuerda que el peor apocalipsis siempre es el que tiene lugar dentro de nuestras cabezas.

Rebeca. 



lunes, 20 de abril de 2020

EL DUELO EN EL GRAN ENCIERRO.


Abril 20 del 2020

He perdido la noción del tiempo, no  sé que día es de la cuarentena, lo siento.

El encierro, un escenario perfecto para un escritor y para los que sin serlo, escribimos todo lo que nos llega a la cabeza, al corazón, directo a nuestros dedos.

Después de esto nada será igual y el futuro una página en blanco. 



      
Los escritores en confinamiento están en su estado ideal, nada que hacer, las mujeres nos refugiamos en los quehaceres de la casa, la jardinería, poner en orden la ropa, los cosméticos, hacer ejercicio y experimentar con nuevas recetas.  Los hombres en la TV, el celular, los amigos, y algunos ayudantes de las señoras que definitivamente ya no saben qué hacer con ellos todo el día en casa.  Los niños en su mundo.

Nos hemos refugiado en la rutina, hemos huido hacia adentro.

Hoy, nuestro presidente ha aumentado nuestro confinamiento hasta el 11 de mayo, lo veíamos venir, en realidad no fue una sorpresa ni hubo lamentos.  Así son las cosas.

Saldremos cambiados de éste episodio, lo que no augura que seremos más buenos, simplemente seremos más fuertes.

Hay tantos temas para escribir ahora que no termino de decidirme por un tema.

Sin duda me atrae uno entre muchos: La muerte, en lo que nos ha convertido su amenaza, nos respira a todos en la nuca. La muerte y su guadaña no vino en barco como en el pasado, ella llegó en avión y en VIP

Cuando puedo salir al supermercado, una vez cada semana, miro la gente como maniobra en una coreografía artística para esquivar a otras  personas, miro sus atuendos y algunos dan miedo.  Me vi a mi misma luciendo prendas que jamás usaría en público y ya no me importa si me quedan bien o si combinan.  Todos, cada uno por su lado, emitiendo un gruñido de saludo.




Históricamente, el distanciamiento físico ha sido una estrategia de sobrevivencia para lidiar con los estragos de pandemias pasadas. Este no es un castigo, ni una arbitrariedad jurídico-política, sino una estrategia que, efectivamente, puede salvar vidas. Al presente, hay un distanciamiento físico, pero no distanciamiento social. El estar repitiendo que estamos distanciados socialmente puede producir desolación e invisibilizar el hecho de que contamos con tecnologías (teléfono, plataformas cibernéticas, textos, chateos, etc.) que viabilizan las relaciones sociales a distancia, posibilitando la comunicación y la expresión de nuestros afectos.

El encierro debido a la pandemia nos confronta con el duelo de la pérdida de esas expresiones rutinarias de nuestro deseo. No poder salir a trabajar, a la escuela, al gimnasio, al cine, a cenar a un restaurant, produce duelo. Así que todos, absolutamente todos, estamos en duelo.  No podemos escaparnos o quizás sí, si escapamos hacia adentro.

En mi interior recuerdo las cosas cotidianas, mis caminatas en la mañana, mis amigos en el gimnasio, las compras con mis amigas, el almuerzo con mis hermanas, en fin, esos recuerdos me ayudan a pensar que todo esto es un mal sueño y que despertaré en cualquier momento.   

Estoy en duelo.

Rebeca.

miércoles, 15 de abril de 2020

NO ESTABAMOS PREPARADOS PARA LA PANDEMIA.



Abril 15 -2020

Dias 12-13-14-y 15 de la cuarentena

“No estamos listos para una pandemia, Si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso más que una guerra. No misiles, sino microbios", señaló el magnate en su momento.”  Bill Gates.

Y refiriéndose al ébola dijo: "Esto fue pura suerte. Si hubiese llegado a muchas más áreas urbanas, el número de casos habría sido mucho mayor. Pero la próxima vez podemos no tener la misma suerte. Podría ser un virus con el que los transmisores no se sientan mal y puedan viajar en avión o ir al mercado", sentenció. Agregó que "si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso más que una guerra. No misiles, sino microbios".

Ahora estamos en pánico por el coronavirus y sus palabras han empezado a hacer eco.

La verdad es que no había una coordinación mundial para una nueva epidemia. Una coordinación para éste tipo de eventos requeriría el mismo tipo de esfuerzo que el que se dedica en la preparación para una conflagración militar.

La tierra nos sacude con eventos misteriosos durante nuestro encierro.  Fenómenos naturales como halos alrededor del sol o de la luna, un lago en Galilea a 209 metros bajo el nivel del mar, empieza a desbordarse con insólitos oleajes, ante el asombro de sus habitantes, temblores de tierra consecutivos, un día del sol intenso y al otro lluvia torrencial, volcanes se reactivan, los animales semisalvajes empiezan a caminar por las calles en áreas urbanas… en fin.  Señales?




Todo, además de la misma pandemia, del encierro, ha sido tan extraño.

En el viejo continente, las cosas han pasado a mayores.  En Italia y en España han llegado a las denuncias.  Si tu vecino te ve fuera de tu casa, puede llamar a las autoridades y te llevan preso o te multan.

A todo ésto,tenemos un culpable al que todos señalan: China.  Es casi seguro que superada la epidemia, si es que lo logramos, el boicot comercial es algo inminente, pero mientras tanto Japón decide trasladar sus empresas de China al sudeste asiático y así no depender del mercado chino y así amortiguar la recesión.

 Problemas para las relaciones a futuro entre los dos países. La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha calculado que el comercio mundial podría caer entre un 13% y un 32% como consecuencia de la epidemia pulmonar, covid19.

Antes de que estallara la pandemia, muchas empresas japonesas ya estaban evaluando la posibilidad de cerrar sus operaciones en China. El motivo fundamental, el temor a ser víctima de la guerra comercial entre Washington y Beijing. Esta tendencia ahora tendrá una aceleración. Según el Tokyo Shoko Research, cerca de un millar de compañías japonesas ya han comenzado a diversificar la compra de componentes para su producción de febrero, abandonando a los proveedores chinos. 

 Donald Trump, presidente de los norteamericanos, los más afectados y con el mayor número de muertes por la pandemia, ha decidido congelar su apoyo a la OMS  acusando la organización de ocultar la expansión del virus.  Ahora se preparan para reabrir el país estado por estado antes de final de mes delegando la responsabilidad en los gobernadores y desviando la culpa hacia la Organización Mundial de la Salud (OMS) por no haber dado a tiempo la voz de alarma ni haber sido «amables» con él al criticar sus decisiones.

La medida llegaba al tiempo que Nueva York sobrepasaba los 10.000 muertos de los 25.000 que tiene EEUU y 600.000 casos confirmados. Con la cadena alimenticia en peligro de provocar desabasto al expandirse la epidemia entre los trabajadores de las fábricas, el presidente dejará a cada estado decidir su propio calendario de reapertura y promete castigarlos si se equivocan.
En realidad, el mandatario no tiene autoridad legal sobre los estados de la Unión, que gozan de un régimen federal, pero Trump no hablaba de legalidad, sino de chantaje. «No se rebelarán, necesitan muchas cosas del gobierno federal, y no solo dinero, asesoramiento, equipo médico y mucho más. Si no obedecen, no lo tendrán».

En los próximos días hablará con los gobernadores para establecer un calendario de reapertura, que no incluye por ahora restablecer el tráfico de viajeros con España, Italia y otros países severamente afectados por la pandemia. «No diría que a Italia le esté yendo muy bien en estos momentos», justificó. «No diría que a España le esté yendo muy bien en estos momentos. Y Francia acaba de extender su orden de confinamiento«. El mandatario dice estar observando muy de cerca «cómo les está yendo a los países que reabren», aunque ayer prefería «no decir nombres».

Mientras, todos seguimos sumando muertos e infectados, y ningún país en el mundo puede decir que va ganando la guerra contra el virus, todo lo contrario, y el desarrollo de la vacuna se ha convertido en algo urgente.

No, no estábamos preparados. 

Rebeca.