Marzo
24-2020
Día “0 “
Las cosas
no pintan bien y esto apenas comienza, pero no me siento optimista hoy dia.
La ciudad
de Bogotá, nuestra capital, se le ha salido de las manos a la alcaldesa, que en
forma muy irresponsable salió a prometer beneficios a la gente, sin contar con
el gobierno nacional, obvio no pudo cumplir y ahora la gente en esa ciudad anda
desenfrenada.
Una señora
grita desesperada, acaban de saquearle su negocio, un expendio de alimentos, se
ven los vándalos salir corriendo con la mercancía del local y un solo policía
tratando de detener la turba.
Un
caballero grita que acaban de atracar una joyería. La gente corre y solo se escuchan gritos.
Mientras
nuestro presidente diariamente saca un decreto para aliviar la situación de los
más vulnerables, la delincuencia común aprovecha para crear caos y atemorizar a
las personas.
Sólo se me
ocurre decir: Dios Santo, protégenos de todo mal.
Mi padre
me llamó en la mañana, me reclamó y me recriminó porque no he ido a visitarlos,
él con sus 95 años todavía me ve como a una niña, no se da cuenta de que ya
estoy entre la población vulnerable para el coronavirus y que por mi edad debo
cuidarme más que otros. Está desesperado
porque no puede salir a pasear su perro, se siente solo, extraña tanto como yo
nuestras charlas de política.
Aproveché
y hable con mi madre. Me hablo desde su
lecho de enferma y me dijo que me cuidara, que ellos estaban bien y tienen
compañía permanente. Me contó que a ella
le había tocado vivir de niña algo parecido.
Estaremos bien y Dios proveerá, me dijo, y yo sé que así será.
Solo nos
queda tener mucha fé, pero la irrespondabilidad de las personas me atemoriza. Como hacerles entender que frente a la epidemia y la desigualdad la responsabilidad debe ser compartida? Como explicarle que tenemos que cuidarnos unos a otros?
Rebeca.
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