Escribir,
una manera de acercarme a lo cotidiano, entender las cosas comunes, las
situaciones comunes.
Hoy,
escribiré sobre un tema que se ha vuelto un tema de salud mental, una epidemia
moderna, un tema que está atacando a gran parte de la población y que requiere
atención inmediata.
Empezaré
con una frase de Robin Williams, actor y comediante: “Solía pensar que lo peor
de la vida, era terminar solo, pero no lo es.
Lo peor es terminar con personas que te hacen sentir solo.”
Una muy
acertada definición de soledad.
Cada uno
de nosotros decide hasta qué punto quiere tener contacto con los demás, porque
en resumidas cuentas, hay personas que han nacido para vivir en soledad, por
muchos factores y puede ser el resultado de la percepción de relaciones
sociales deficientes.
Me es
preocupante que personas sumamente cultas e interesantes, en un momento de su
vida deciden irse a vivir lejos de la civilización completamente solos, sin la
compañía humana, simplemente porque así lo quieren, aún a sabiendas de los
peligros para la salud mental y física.
De acuerdo
a estudios, las consecuencias para la salud son dramáticas, ya que sentirse
aislado puede interrumpir el sueño, elevarla presión arterial, incrementar los niveles naturales de cortisol, la hormona del stress,
alterar la expresión genética de las células inmunes, aumentar la depresión y
reducir el bienestar subjetivo.
Y es que
la tecnología y avances en ese campo, ha servido para disminuir el contacto cara
a cara y la situación se agrava.
La soledad
puede ser derivada del abandono o ausencia de seres queridos, o como resultado a ciertas situaciones
imposibles de resolver, pero en ningún momento debe ser vista como fracaso o
como debilidad.
Ahí está
la gran diferencia de estar solo y sentirse solo. La soledad es un sentimiento subjetivo en el
que la persona experimenta la ausencia de relaciones personales satisfactorias. En Cambio estar solo es una medida objetiva
del número de contactos o relaciones que alguien tiene en su red social. En este sentido la persona puede sentirse
sola estando rodeada de su pareja, familiares, y amigos y otra no hacerlo aun
teniendo solo dos o tres personas en su vida.
Somos una
especie gregaria obligatoriamente, sin embargo, esto no es como muchos vivimos
en la actualidad.
Hay
quienes relacionan la soledad con los años, como ese mito de la anciana loca
que vive en una casa vieja, acompañada de sus gatos: Ladycat de los Simpsons, pero está comprobado
que la soledad aqueja a todas las edades, si bien los más afectados si son los
mayores.
Cómo lo
podemos evitar? Si queremos evitar las
consecuencias de la soledad, podría ser manteniendo contacto con nuestros
compañeros de trabajo, de estudio, participando de las fiestas familiares y todo lo que esté al alcance para conectarnos
con otros. “Pensionarse e irse a vivir a
un lugar de clima cálido entre extraños, no es necesariamente una buena idea,
si eso significa que se está desconectando de sus seres queridos, de su familia
o de las personas que tienen algún significado para Ud.” dice un psicólogo estadounidense.
Y ya para
concluir, tenemos que reconocer que la soledad es un estado emocional y puede
causar grandes daños, que pueden llevar un riesgo de morbilidad y mortalidad,
independiente del aislamiento social real, así que no solo es infelicidad sino también
una señal de peligro, así que no confundamos soledad con individualismo o
intimismo.
Cuidemos
nuestro círculo familiar, amigos y todo tipo de contacto humano ya que para la
soledad, no existe un fármaco. La búsqueda merece prioridad.
Rebeca.
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