El arte de amar es una obra con la que Erich Fromm ha ayudado a varias generaciones a reflexionar sobre el amor y a responder a algunas preguntas aparentemente sencillas: ¿qué significa amar? ¿Cómo desprendernos de nosotros mismos para experimentar este sentimiento…? Fromm nos explica que el amor no es sólo una relación personal, sino un rasgo de madurez que se manifiesta en diversas formas: amor erótico, amor fraternal, amor filial, amor a uno mismo…
Nos dice también que el amor no es algo pasajero y mecánico, como a veces nos induce a creer la sociedad de hoy. Muy al contrario, el amor es un arte, el fruto de un aprendizaje. Por ello, si queremos aprender a amar debemos actuar como lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, ya sea la música, la pintura, la carpintería o el arte de la medicina. O, por lo menos, no dedicar nuestra energía a lograr el éxito y el dinero, el prestigio y el poder, sino a cultivar el verdadero arte de amar. “El amor intenta entender, convencer, vivificar. Por este motivo, el que ama se transforma constantemente. Capta más, observa más, es más productivo, es más él mismo.”
El autor nos advierte:
"La lectura de este libro defraudará a quien espere fáciles enseñanzas en el arte de amar. Por el
contrario, la finalidad del libro es demostrar que el amor no es un sentimiento fácil para nadie,
sea cual fuere el grado de madurez alcanzado.
Su finalidad es convencer al lector de que todos sus intentos de amar están condenados al fracaso, a menos que procure, del modo más activo, desarrollar su personalidad total, en forma de alcanzar una orientación productiva; y de que la satisfacción en el amor individual no puede lograrse sin la capacidad de amar al prójimo, sin humildad, coraje, fe y disciplina.
En una cultura en la cual esas cualidades son raras, también ha de ser rara la capacidad de amar.
Quien no lo crea, que se pregunte a sí mismo a cuántas personas verdaderamente capaces de amar ha conocido.
Pero la dificultad de la empresa no debe inducir a que se abstenga uno de tratar de conocer las
dificultades y las condiciones de su consecución. A fin de evitar complicaciones innecesarias he
procurado tratar el problema, en la mayor medida posible, en un lenguaje no técnico. Por la
misma razón he hecho la menor cantidad de referencias a la literatura sobre el amor.
Otro problema que no pude resolver en forma enteramente satisfactoria, fue el de evitar la repetición de ideas expuestas en algunos de mis libros anteriores."
10 FRASES DE "EL ARTE DE AMAR", DE ERICH FROMM
1) “En la esfera de las cosas materiales, dar significa ser rico. No es rico el que tiene mucho, sino el que da mucho.”
2) “Mientras tememos conscientemente no ser amados, el temor real, aunque habitualmente inconsciente, es el de amar.”
3) “El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos.”
4) “Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad.”
5) “Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica o un egoísmo ampliado.”
6) “Tengo que conocer a la otra persona y a mí mismo objetivamente, para poder ver su realidad, o, más bien, para dejar de lado las ilusiones, mi imagen irracionalmente deformada de ella.”
7) “El maestro aprende de sus alumnos, el auditorio estimula al actor, el paciente cura a su terapeuta, siempre y cuando no se traten como objetos, sino que estén relacionados entre sí en forma genuina y productiva.”
8) “Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos sí quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.”
9) “Si amo a la otra persona, me siento uno con ella, pero con ella tal cual es, no como yo necesito que sea, como un objeto para mi uso. Es obvio que el respeto sólo es posible si yo he alcanzado independencia; si puedo caminar sin muletas, sin tener que dominar ni explotar a nadie.”
10) “¿Qué le da una persona a otra? Da de sí misma de lo más precioso que tiene, de su propia vida.
Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que está vivo en él, da de su alegría, de su interés, de su compresión, de su conocimiento, de su humor, de su tristeza, de todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él.”
Rebeca.
Arte y Literatura
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