Intensa,
inconmovible, siempre enamorada.
Degustadora descarada de
soledades, bebedora social de noches oscuras y frías. Paridora de historias mágicas.
Juguetona de fantasías.
Guerrera insolente y
completamente inadecuada del corazón.
Irreverente a títulos y a palabras sin alma.
Volcánica, de mirada intensa.
A veces fría como el viento, a veces fogosa como un sol. A veces suave, a veces iracunda.
Confiadora fundamentalista de las bondades de
la vida.
Poéticamente práctica, cazadora
de tormentas eléctricamente violetas.
Caminante
de lo invisible y tejedora de puentes silenciosos.
Abrazo para perder miedos y mi amor infunde coraje.
Con inteligencia innata en el corazón que
escapa al control de lo conocido y que conserva toda su capacidad de asombro.
Con un amor intenso por la escritura y busco volcar en ella las fibras intimas de mi corazón y alma.
Todas las mañanas me visto en un cuerpo de mujer, una mujer
que madura, que envejece con gracia, como un frágil almendro en flor.
Rebeca.
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