" Aquellos que viven en paz, piden perdón, saben perdonar y son
perdonados."
Aceptar los defectos requiere de endereza, humildad, templanza,
coherencia, sensatez y fortaleza interior.
Lo digo porque admitir un par de
fallos, incluso tres o cuatro vale, está dentro de lo tolerable para cualquier
persona, pero pasar los rayos X e intentar localizarlos todos, toditos,
todos…eso puede hundir la autoestima unos cuantos kilómetros hacia abajo.
En fin….
El caso es que después de
empeño y dedicación llegué a cumplir mi objetivo de armonizar con la vida.
¡Qué gustazo!
Quizá he llegado a estar demasiado “tranquila”, excesivamente
“segura” de que esto estaba ya conseguido totalmente.
Y cuando uno se duerme en los
laureles, pasa lo que pasa.
De repente toda esa
tranquilidad estalla.
El lado oscuro que estaba
amaestrado y controlado se muestra en todo su esplendor, con total
independencia y haciendo oídos sordos a la conciencia, la racionalidad y el
sentido común.
¡Me ha pillado de sorpresa!
Y totalmente desentrenada.
Motivada por un rifirrafe
doméstico…que en situaciones anteriores no habría llegado mucho más lejos…
La fiera me ha tumbado y dejado noqueada.
Por supuesto que se han
producido efectos colaterales y quien estaba conmigo en ese momento “Abel” fue atacado verbalmente por mi lado irracional.
Es como si se hubiese abierto
la Caja de Pandora y desatado la Gran Tormenta.
Un catálogo bien surtido de
reproches han salido disparados en todas las direcciones posibles, como si de
estrellas ninja (shuriken) se tratase…
¡Qué vergüenza! ¡Me
siento realmente triste con lo ocurrido!
He pasado de una
sensación de tranquilidad y armonía, al sentimiento de culpabilidad cubriéndome
por completo y arropándome con el manto de la incertidumbre hacia lo
imprevisto.
¡Nunca hay que bajar
la guardia!
Grave error.
Mis quejas, mis
críticas y mis inseguridades se han convertido en armas arrojadizas que
provocan heridas a quien no se lo merece.
¡Lamentable!
Lo peor de todo es
que hay que conseguir salir del modo “destrucción”. Y eso como ya dije al
principio no es ni fácil ni sencillo.
Ahora toca:
recuperar la autoestima dañada, reparar el desastre ocasionado por el tsunami
“Rebeca” y volver a mantener a raya ese lado oscuro que tenía un tono gris
plata y de repente hace algunos días (por un motivo de categoría: absurdo) ha
tornado a negro azabache.
Es muy importante pedir disculpas a los afectados,
entre los que me encuentro yo misma, y seguir trabajando en lo que llevo
haciendo desde tiempo atrás…intentar ser cada día mejor persona.
Soy consciente de este gran tropezón pero también sé que no es necesario ni nada positivo fustigarse, castigarse, martirizarse, humillarse, promover inseguridades y miedos, o mucho menos recluirse en la gran torre de la desesperación o el desánimo. Lo verdaderamente importante es aprender de los errores.
Si antes enfrentaba cada día
con armonía y felicidad eso es justo lo que debo hacer nuevamente.
Si antes me sentía orgullosa de
mi evolución como persona debo reparar las grietas creadas y volver a tener el
mismo sentimiento.
Para poder dar auténtico y sano
amor a los que me rodean y se lo merecen, primero tengo que ser capaz de darme
el amor a mí misma.
" Todos tenemos una bestia interior, tratando de aniquilar lo mejor de ti, tratando de salir desesperadamente, pero depende de ti apaciguar esos sentimientos inútiles."
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