Que para mí fue brisa de lluvia tibia
y que otras veces fue rayo de cruel tormenta.
Que descansé serena en sus pupilas,
en su mirada calma y eterna.
Que fui presa voluntaria de sus abrazos
esclava de sus besos
dulces,
de sus palabras aladas.
Dile que volé desnuda al infinito
con cada palabra libidinosa mientras lo amaba
que le deseé mil veces y
que fui feliz cuando
le tuve.
Dile que lo esperé mil lunas.
y dile que sigo presa de su encanto,
de su poesía como un apetitoso vicio.
Dile que cada día es un alarido
en rumor de letras cautivo,
y que lo veo en cada frase subrayada de mi libro preferido.
Dile que en las noches lo encuentro entre frenéticos deseos
Que intenta destruir mi escudo, mi coraza.
Dile que le espero
cada dia, en el sol danzante
entre sus dedos.
Dile.
Rebeca.
D. de A.
Rebeca.
D. de A.
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