domingo, 25 de febrero de 2018

LA CALMA

Escribió Pascal: “He descubierto que toda la maldad humana proviene de la incapacidad del ser humano de sentarse en calma en una habitación”.

La primera vez que leí esta frase me llamó la atención. Que un filósofo, matemático y físico como Pascal, metódico y riguroso hasta la médula, estableciera una correlación directa entre la incapacidad de sentarse en calma y la maldad humana es, cuanto menos, muy atrevido.

Pero meditando serenamente este aforismo provocador, surgen muchas razones para concordar con este lúcido pensador francés.

La agitación, la inercia, la angustia o la ansiedad, entre otros, son generadores de adrenalina, una hormona que nos predispone a la acción, pero también a la defensa y especialmente al ataque. Cuanto más estresados estamos, menos capaces somos de mantenernos templados, serenos, ecuánimes. A más agitación y angustia, mayor tendencia a la precipitación y, al límite, a la violencia. Sí, Pascal tenía razón.

Por otro lado, los sinónimos directos de la calma son la paz y la tranquilidad. Gracias al sosiego conectamos con nosotros mismos, ya sea en una meditación introspectiva (mirando hacia adentro) ya sea en una meditación contemplativa (observando y apreciando serenamente lo que nos rodea). Sea como sea, la floración de contenidos de nuestra consciencia que genera el proceso meditativo nos ayuda con el tiempo a conocernos mejor, a aquietar miedos, dudas, culpas, angustias y cuitas, y produce una liberación progresiva y profundamente terapéutica de nuestros aceleradores inconscientes. Sí, meditar en calma nos lleva a la serenidad, a la apreciación de la vida, a la ecuanimidad y sin duda a la alegría y a la lucidez en un proceso progresivo que limpia pensamientos y emociones nocivas, que son las que tienden a provocar comportamientos sembradores de conflictos. De nuevo, Pascal tenía razón.

Y cuando digo meditar en calma, debo ser explicita, es observar con los ojos bien abiertos y con una respiración tranquila, esa es la meditación sana, espiritual, ya que la meditación con los ojos cerrados te saca de la realidad y más aún si es una meditación dirigida por otra persona, nadie debe controlar tu mente, ya que te expones a asuntos delicados , peligrosos y contraproducentes, tanto para la salud mental, como para tu salubridad espiritual.

Además, quien es capaz de tolerar la soledad y su propia compañía sin angustias ni huidas, sin necesidad de provocar ruidos dentro y fuera de uno mismo, sin escaparse de sí; quien es buen compañero de sí mismo y admite a su soledad como buena compañera tiene mucho ganado, porque no depende del reflejo del otro, porque no venderá barata su autoestima por un pellizco de reconocimiento. Sí, quien ama y aprecia la propia soledad, probablemente ha aprendido a respetarse a sí mismo. Sí, Pascal. Sí.

Así que procuremos la calma interior, sea sentados en una habitación, sea contemplando el mar, o ante un bello paisaje, o frente a una obra de arte. Que cada cual encuentre el entorno para cultivar su serenidad, su quietud, sosiego o placidez.

Calma para nuestro ser, para nuestros pensamientos y emociones que revertirán, sin duda, en calma y sosiego para los que nos rodean.

Calma en el ser, corazón en el actuar, paz en el mundo.

Feliz serenidad.

Besos y abrazos,

domingo, 4 de febrero de 2018

ESTÁS SOLO (A) O TE SIENTES SOLO (A) ?



Escribir, una manera de acercarme a lo cotidiano, entender las cosas comunes, las situaciones comunes.

Hoy, escribiré sobre un tema que se ha vuelto un tema de salud mental, una epidemia moderna, un tema que está atacando a gran parte de la población y que requiere atención inmediata.

Empezaré con una frase de Robin Williams, actor y comediante: “Solía pensar que lo peor de la vida, era terminar solo, pero no lo es.  Lo peor es terminar con personas que te hacen sentir solo.”




Una muy acertada definición de soledad.  

Cada uno de nosotros decide hasta qué punto quiere tener contacto con los demás, porque en resumidas cuentas, hay personas que han nacido para vivir en soledad, por muchos factores y puede ser el resultado de la percepción de relaciones sociales deficientes.

Me es preocupante que personas sumamente cultas e interesantes, en un momento de su vida deciden irse a vivir lejos de la civilización completamente solos, sin la compañía humana, simplemente porque así lo quieren, aún a sabiendas de los peligros para la salud mental y física.

De acuerdo a estudios, las consecuencias para la salud son dramáticas, ya que sentirse aislado puede interrumpir el sueño, elevarla presión arterial, incrementar los  niveles naturales de cortisol, la hormona del stress, alterar la expresión genética de las células inmunes, aumentar la depresión y reducir el bienestar subjetivo.

Y es que la tecnología y avances en ese campo, ha servido para disminuir el contacto cara a cara y la situación se agrava.

La soledad puede ser derivada del abandono o ausencia de seres queridos,  o como resultado a ciertas situaciones imposibles de resolver, pero en ningún momento debe ser vista como fracaso o como debilidad.

Ahí está la gran diferencia de estar solo y sentirse solo.  La soledad es un sentimiento subjetivo en el que la persona experimenta la ausencia de relaciones personales satisfactorias.  En Cambio estar solo es una medida objetiva del número de contactos o relaciones que alguien tiene en su red social.  En este sentido la persona puede sentirse sola estando rodeada de su pareja, familiares, y amigos y otra no hacerlo aun teniendo solo dos o tres personas en su vida.

Somos una especie gregaria obligatoriamente, sin embargo, esto no es como muchos vivimos en la actualidad.

Hay quienes relacionan la soledad con los años, como ese mito de la anciana loca que vive en una casa vieja, acompañada de sus gatos:  Ladycat de los Simpsons, pero está comprobado que la soledad aqueja a todas las edades, si bien los más afectados si son los mayores.

Cómo lo podemos evitar?  Si queremos evitar las consecuencias de la soledad, podría ser manteniendo contacto con nuestros compañeros de trabajo, de estudio, participando de las fiestas familiares y  todo lo que esté al alcance para conectarnos con otros.  “Pensionarse e irse a vivir a un lugar de clima cálido entre extraños, no es necesariamente una buena idea, si eso significa que se está desconectando de sus seres queridos, de su familia o de las personas que tienen algún significado para Ud.” dice un psicólogo estadounidense.

Y ya para concluir, tenemos que reconocer que la soledad es un estado emocional y puede causar grandes daños, que pueden llevar un riesgo de morbilidad y mortalidad, independiente del aislamiento social real, así que no solo es infelicidad sino también una señal de peligro, así que no confundamos soledad con individualismo o intimismo.

Cuidemos nuestro círculo familiar, amigos y todo tipo de contacto humano ya que para la soledad, no existe un fármaco. La búsqueda merece prioridad.

Rebeca.