Perdida en un océano de gente , en donde hay más escritores que lectores, me sumerjo en un mar de letras, esperando que alguien me encuentre y me lea.
domingo, 22 de febrero de 2015
FLUIR DENTRO DE MI
Medellin, Febrero del 2015
FLUIR DENTRO DE MI .....
Ayer fue uno de esos días donde hay una ligera sonrisa en mi rostro, y siento que estoy entre las nubes, que me encuentro en el paraíso y que la frescura y la paz están tan presentes que puedo tocarlas y acariciarles el rostro con apenas rozarlas un poco.
Siento cómo mi alma y mi cuerpo se transportan y están libres. Libres corriendo en medio de un pequeño sendero del bosque rodeado de grandes árboles; con el frescor de la brisa rozando mis mejillas, y el viento helado dispersarse entre mis dedos y brazos abiertos de par en par. Siento alzar vuelo como mariposa en pleno verano.
Siento cómo mi cuerpo, alma y espíritu se encuentran en un total equilibrio
Siento la brisa helada, de nuevo, rozando mis mejillas y puedo ver cómo el cielo parcialmente nublado le abre paso a un gran rayo de luz que choca contra esa laguna de aguas azules oscuras y reflejan un gran arcoiris que se expande a lo largo de ella.
Siento un bosque tranquilo, callado, pasivo, donde la paz reina en total amornía, donde no hay tristezas, no hay maldad, no hay pesares... sólo hay sosiego, quietud, serenidad, reposo, pacidez, paz, calma, bonanza... SILENCIO.
Exactamente lo que necesitaba... silencio
Hoy en día, es tan difícil y complicado escuchar el silencio, y pensarás - «¿Escuchar el silencio? ¿es éso posible?» - y sí, sí lo es.
He aprendido a escuchar el silencio durante la estadía en este bosque pacífico e imaginario donde vuelven y se renuevan mis ilusiones, donde planean mis sueños y se reconstruyen mis utopías, donde se alzan mis fantasías y se transforman en realidad mis ilusiones.
Siento que estoy dentro de este bosque imaginario donde no quisiera salir jamás.
Quiero abrirle la puerta al presente y darle entrada al futuro; y pensar que pueden venir cosas mejores con el paso del tiempo. Quiero estar aquí, callada, inmóvil, respirando aire puro, sintiendo la tranquilidad de la inmensidad. Quiero quedarme en este bosque imaginario, que sólo existe dentro de mis pensamientos por siempre.
Estoy en mi santuario.
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