Esta tarde, salí a caminar. Últimamente le
encuentro mucho gusto a mis caminatas.
El lugar en donde ahora vivo está rodeado de altos pinos y mucha
vegetación, mi ambiente preferido.
Caminaba y pensaba, pensaba y caminaba. El sendero es solitario y me asalta el miedo.
Llegan pensamientos y preguntas.
¿A que le temes ? Hummm, al dolor fisico.
¿Y a morir? no, a morir no.
Le temo también a la tristeza, al abandono, a
la soledad no deseada o a la soledad compartida como un falso remedio.
Les tengo miedo a algunos animales, las arañas
por ejemplo, ellas no me comprenden o yo no las entiendo a ellas.
Le tengo miedo a las enfermedades, a la pérdida de personas ya sea por fallecimiento o por olvido, sean
familiares o amigos, y me da miedo que si me pasa a mí, yo sea consciente de su
avance y mi derrota.
Miedo a la vejez y a sus achaques, miedo a que
alguien que amé, me trate de usted. Me da
miedo el desorden, la suciedad, la incertidumbre. Me da miedo la formalidad fingida, me dan
miedo las sectas de cualquier clase y le tengo miedo a los falsos dioses.
Me dan miedo las personas que se creen infalibles
o dueñas de la verdad absoluta y en general toda persona que se cree iluminada.
Me dan miedo, mucho miedo las personas
insensibles.
Me dan mucho miedo las aguas profundas, las
alturas, los cuartos oscuros.
Me da miedo la falta de sentido común de algunos,
la necedad, la incoherencia.
Me da tanto miedo la juventud atada a la
tecnología y la informática, haciendo uso de aplicaciones banales y sin sentido,
y a que ésto se propague como un virus.
Me da miedo a que mueras antes que yo, me da miedo
extrañarte. Me da miedo que si yo muero
primero, me olvides pronto y sientes a otra en ese lugar de tu corazón, ese en
donde decías que estaba yo , sentada, inconmovible.
Me da miedo que me olvides.
Los pensamientos se detienen, he llegado a mi
casa y la realidad ahuyenta mis temores.